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Channel: ¡Sano y de rechupete!
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¡Vamos a hacer un sorteo! (Cerrado y con ganadora)

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Que sí, que ya lo sé... Últimamente no vengo a tomarme el cafetito con ustedes y ahora,¿me saco un sorteo de la manga? Pues sí; ¡qué le vamos a hacer! Me ha llegado el libro estupendo que ha sacado Dolors Mateu (Blog de cuina de la Dolors) y está calentito, calentito... ¡Con un montonazo de recetas sencillas y aptas para todos los públicos!
Hoy, para compensar el poco caso que les he hecho los últimos meses, voy a hacerles algunas confindencias y les voy a contar algo que no mucha gente sabe y que está relacionado con Dolorss (sí, con dos "s" es como yo la conocí). Hace unos siete años pululaba yo entre foros de plantas, manualidades y recetas. Acababa de cerrar la empresa en la que llevaba trabajando los últimos seis años y me sentí más perdida que un piojo en un garaje. Me sobraba el tiempo y estaba hiperactiva, con muchas ganas de hacer todo lo que no había podido hacer en los últimos años en que trabajé como una condenada. Me di de alta en una web en la que había un número infinito de foros y, como soy una apasionada del mundo verde, las plantas captaron mi atención. Pero no era suficiente y comencé a pasarme por el de manualidades (no vean cómo puse la casa) y, cómo no, terminé en el de cocina. Ahí conocí a Dolorss. Con dos "s". 

Puedo decir que no conozco personalmente a Dolorss con dos "s", pero ya entonces me transmitía cercanía, buen rollo, vitalidad, sencillez y honestidad. Yo adoro a las personas honestas, sea en el sentido que sea. Nos relacionamos mucho a través de internet y creo que se convirtió en una especie de hada madrina para mí, porque, por aquella época empezó a resurgir mi amor a los fogones. Supongo que por esto siento un cariño especial por Dolorss con dos "s". Por eso y por sus cocas de vidre, una de las primeras recetas que imité y que, por supuesto, figuran en su completísimo libro.
Aunque yo siempre había estado vinculada a la cocina, durante años esas sensaciones cayeron en un pozo, hasta que las retomé y ahí estaba Dolorss, con dos "s". Isita, así llamaba yo a mi abuela materna, había sido cocinera (y churrera, todo hay que decirlo), mi tía fue cocinera de un hotel de Fuerteventura y mi madre cocina como los ángeles. Me crié oliendo los potajes maravillosos de mi madre, lo único que comí durante mi más tierna infancia y es que no comía nada que tuviera que masticar. ¿Vaga...? Pues no sé. Hoy en día mastico, pero sigo experimentando más amor hacia las comidas de cuchara que hacia las carnes, por poner un ejemplo. Recuerdo aquellos sábados en que, medio dormida, salía de madrugada con mi abuela hacia la cafetería, churrería, restaurante que tenía en Las Palmas de Gran Canaria. Si algún sábado no conseguía despertarme para poder irme con ella, pasaba el fin de semana enfurruñada en el patio de mi casa. Me vienen a la mente recuerdos sensoriales: los aromas de la cebolla pochándose lentamente en una enorme sartén; el aceite de los churros que empezaba a calentarse; el vapor que deprendían los innumerables cacharros que chocaban entre sí haciéndose espacio en los fogones y haciendo un ruido metálico que hacía que se alejase mi somnolencia... Me sentaba en un taburete alto delante de la barra mientras no perdía de vista a mi abuela que se movía ágil y certeramente por entre pequeños espacios. De repente, llegaba mi premio: un zumo y un gran trozo de tortilla española, acompañado por un trozo de pan. Mi abuela hacía la mejor tortilla del universo. A mí me impresionaba el diámetro y la altura que tenía. Me relamía de gusto. Lo pienso y se me saltan las lágrimas rememorando aquellos instantes que han quedado como huellas delicadas e indelebles impresas en mí. ¡Gracias Isita!

En fin, que me pongo blandita... Hablemos del sorteo. 

¿QUÉ TIENEN QUE HACER PARA PARTICIPAR?

1.- Hasta el día 1 de noviembre tienen para dejar un comentario en este post, contándome si poseen algún recuerdo de infancia relacionado con la comida. No hace falta que se extiendan si no les apetece. Es por departir un ratito.

2.- Me da igual si tienen blog o no; si me siguen habitualmente o si les parezco un tostón. Si quieren compartir con sus amigos o seguidores este sorteo, pueden hacerlo y, si no les da la real gana, pues genial.

3.- No se admitirán comentarios dejados con ANÓNIMO. Lo siento, pero ando maniática con estas cosas.

4.- Indicarme en el comentario sus correos electrónicos por si salen elegid@s.

5.- Enviaré el libro a cualquier parte del mundo. ¡Palabrita!

Venga... ¡Ya están tardando en participar!

Pastel otoñal de castañas y naranja para celebrar los Finaos

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Donde vivo no existen las estaciones climatológicas. Existen las que nos enseñan cuando vamos al colegio; las que están impresas en los manuales escolares: primavera, verano, otoño e invierno. Pero, éstas no se dan en la realidad. La naturaleza insular del territorio de las Islas Canarias aborrece los extremos y, aquí, en los lindes entre África y Europa, vivimos oscilando entre la primavera y el otoño. Hay quien lo considera un horror, como me pasa a mí muy a menudo; pero, siendo objetiva, he de reconocer que es una certeza empírica que el cuerpo humano experimenta su plenitud física entre los 22 y los 23ºC de temperatura. En consecuencia, en las Islas Canarias, y más concretamente en las zonas costeras de las Islas, se dan unas inmejorables condiciones climatológicas para que los envases de los seres humanos retocen a placer. ¿A que les ha correteado hormiguitas por el cuerpo...? 
Dado que no hay unos cambios térmicos importantes, decir que "ha llegado el otoño" puede ser hasta un chiste. Sin embargo, la mente (dejemos ahora los envases, los cuerpos) necesita el cambio para revitalizarse y es ahí donde entra en juego la propia voluntad. Pues bien; yo decidí que mi cambio de estación a efectos psicológicos sería cada 1 de noviembre. Y ya es casi 1 de noviembre.

En mi tierra, el 1 de noviembre es el Día de los Finaos. "Finao" o, más propiamente dicho, "finado", es muerto, cadáver, difunto, cuerpo yacente y sin vida. No es que sean finos estos muertos. No es eso. "Finado" podría venir del verbo intransitivo "finar", que significa morir o fallecer. Se trata de una palabra poco empleada en la actualidad, aparte de en el lenguaje literario o poético. Incluso en francés tenemos el verbo "finir", que significa acabar, terminar. Cosas de la raíz latina de ambas lenguas. Ergo, los finaos o finados son los que están "acabados", sin vida. ¿No me digan que no es una expresión preciosa y divertida? Nada que ver con el término "difunto", una definición triste y gris que, personalmente, no me gusta en absoluto. Además, ¿sabían que "difunto" viene de "defunctus" que antiguamente venía a definir a quienes ya no tenían funciones? Lo que vendría a ser hoy en día un jubilado. Al paso al que nos llevan los políticos que nos gobiernan, no es de extrañar que difunto y jubilado vuelvan a equipararse en un futuro no muy lejano. 

No voy a entrar en si prefiero Día de los Finaos (o Difuntos, para no pelearnos) o Halloween, porque creo que ambas fiestas rinden tributo a quienes nos precedieron y ya no están entre nosotros. Los Finaos o Difuntos desde una tradición cristiana y Halloween desde la de los celtas y sus druidas, un pueblo muy interesante y que sentía un profundo respeto por la Naturaleza. Halloween, no obstante, ha perdido sus raíces para adaptarse al mundo comercial y, por ello, supongo, está ganando terreno entre los más jóvenes. Que cada cual elija lo que le represente mejor, pero, aprovechemos y paremos unos segundos para rememorar a esas personas queridas que fallecieron. Por ellas...

Como este día 1 de noviembre marca un cambio de ciclo para mí, he querido celebrarlo preparando un dulce que aúna uno de los frutos silvestres más apreciados en Gran Canaria, especialmente para celebrar en familia o con amigos el Día de los Finaos: la castaña. Personalmente prefiero las castañas crudas o asadas, pero, como salí en plan recolectora y regresé con varios kg, pensé en preparar algo diferente. Y de mi horno salió esta golosina que espero les guste.
Es un queque o bizcocho algo denso y ciertamente húmedo y aromático. Muy otoñal y perfecto para un té caliente y humeante o un café fuerte y oscuro. La textura es muy curiosa, aparte de por los trocitos de castañas que vamos encontrando al masticar. Se acerca bastante a la que se consigue en los pasteles hechos con sémola y/o almendra. Ya me contarán si se deciden a hacerlo, porque no es nada complicado hacerlo.
No más retahílas. ¡Feliz Día de los Finaos!

Y la ganadora del libro La cocina de Dolorss Mateu es...

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Sorteo realizado por cortesía de la web Random.org

¡¡¡Muchísimas felicidades, Sònia!!! El libro vino de tu tierra y vuelve a su origen. Espero que lo disfrutes mucho y, si ya conoces a Dolors, dile que te lo firme. Ponte en contacto conmigo lo antes posible para poder hacerte el envío.

Y a todos los demás, muchas gracias por participar. Me ha encantado leer los recuerdos que tienen asociados a la comida. Lo cierto es que veo que compartimos muchos de ellos, ¿verdad?

Disfruten este día festivo.

Spaghetti con pesto de espinacas, ajo y limón

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Finalmente parece que el otoño está llegando a la Isla y con él el cambio de armario, las comidas calentitas, los calcetines y la mantita en el sofá, cursos de lo más variopinto, la temporada cultural de la capital grancanaria, las naranjas y aguacates... Todo cambia y, a la vez, todo sigue igual. 
Por un lado, la compañía en la que presto mis servicios está experimentando un profundo cambio de dirección y, aunque yo llevo relativamente poco tiempo en ella, he de reconocer que me afecta. Menos que a l@s demás, sí; aún así, el cambio me entristece, porque me gustaba mucho la mujer que llevaba las riendas. Le deseo toda la suerte del mundo, aunque no creo que sea necesario, porque tengo la certeza de que ella pisará fuerte en cualquier lugar en el que esté.
Por otro lado, me he apuntado a un curso de fotografía, al igual que hice el año pasado por estas mismas fechas. Estoy muy contenta y con ganas de salir a disparar por calles y veredas. Tengo mil y un proyectos en mente. Mi vena artística se encuentra desarretada, a pesar de que no tengo tiempo ni para hacer el cambio de armario (¡qué pereza!) y que llevo más de dos semanas sin teléfono y conexión a internet en casa. Lo del teléfono lo llevo bien; de hecho hasta me gusta que no suene. Pero estar sin internet... Es la primera vez que no cumplo la permanencia con una compañía, pero es que los incumplimientos de Vodafone claman al cielo. No quería un router Voip y se lo hice saber y me enviaron un router Voip y tengo tantos cortes de línea que parece que Eduardo Manostijeras ande pululando por mi calle. Me envían la primera factura facturándome el IVA, cuando en Canarias tenemos el IGIC. Reclamo educadamente y me tienen un mes esperando hasta que me dicen que no van a rectificar la factura salvo que les envíe un certificado de empadronamiento. ¡Señores, que hice una portabilidad de un teléfono con prefijo de Las Palmas! Pues nada... Devuelvo el recibo como modo de presión y me envían la misma factura, con Iva en vez de IGIC, y 20€ de recargo por devolución de recibo. ¡Toma Vodafone! No pago y me cortan la línea. ¡Toma más Vodafone! Tengo que decir alto y claro que, no gustándome ninguna compañía de telecomunicaciones en general, Vodafone es la peor con la que he estado. Y eso que yo pensaba que peor que Movistar no había ninguna. ¡Pues la hay! He solicitado una contratación con otra compañía y a la espera estoy de que conecten mi línea. ¡Qué ganitas tengo!
En relación con la fotografía, tengo que comunicarles una estupenda noticia. No sé si saben que, desde hace unos meses, formo parte como usuaria de la Asociación Foto Gran Canaria en la que hay gente profesional, semiprofesional y simpatizantes de la fotografía como lo soy yo. Es genial relacionarse con gente que tiene aficiones parecidas y que estén cerquita de casa... Pues bien, el viernes pasado, día 8 de noviembre, tuvo lugar la inauguración de la Exposición de Fotografía Solidaria de Foto Gran Canaria, cuyos beneficios por la venta de las fotografías expuestas van a parar a la ONG Banco de Alimentos Las Palmas, que falta que le hace. Pues bien; he tenido la fortuna de poder participar con dos fotografías propias y encima ya se han vendido. ¡Estoy más feliz que una perdiz! Si me siguen en Facebook, ahí he puesto alguna de las imágenes de la Exposición.

Y entrando ya en materia gastronómica... Esta receta la preparé hace unos días y fue un exitazo. Es una pasta fresca, sabrosa y muy ligera. Nada cargante, como lo son las pastas con natas y cremas. Siempre me ha gustado el sabor cítrico que deja el limón en los platos, pero he de reconocer que cada día me gusta más y le encuentro más posibilidades en toda clase de platos. Espero que se animen a hacerlo y comenten conmigo el resultado. Ya saben que me encanta que me cuenten sus impresiones, porque de eso aprendo mucho. Y sin más preámbulos... Unos estupendos spaghetti con pesto de espinacas, ajo y limón. 
¡Buena semana a tod@s!

Medallones de solomillo de cerdo con mermelada de higos

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Hay personas que, sin conocerlas en carne y hueso, se convierten en amigas en un santiamén. ¿Por qué...? Normalmente por afinidad, pero seguramente porque el feeling, al igual que las ondas, también viaja en la distancia. Se siente. Lo sabes. Tienes la certeza de que hay algún nexo especial que hace que determinadas personas te resulten más cercanas que otras que, incluso, conoces en vivo y en directo desde hace años. Personalmente creo que es la gran virtud de Internet (con mayúscula). Te pone en contacto con personas que de ninguna otra manera podrías haber conocido. Grande la Red... ¡Enorme!

Pero, estar conectada al mundo y, sobre todo, a otras personas all over the world, te hace estar firme sobre el suelo e incluso ir con pies de plomo. Porque, a la par que conoces gente maravillosa, aparecen seres ruines y mezquinos que, tras el anonimato, pretenden herir. Personas pequeñas y grises que se disfrazan, en ocasiones, de anónimo para hacer preguntas retóricas a modo de trampas que te dejen en evidencia. ¡Ayyyyy, pobrecitos! No creo que esas personas malas del mundo empleen un segundo de su tiempo en leerme; o quizás, sí. Si lo hicieran, les anticipo, por si no lo hubiesen adivinado ya, que tengo la piel dura y, si me equivoco u olvido algún ingrediente de mis recetas sin pretensiones, no temo reconocerlo y hasta me río de ello. Pero... ¿y tú? ¿Puedes decir lo mismo?
En casa adoramos las salsas con toques agridulces o las descaradamente dulces, especialmente con las carnes. Cuando preparo mis mermeladas de higos caseras, siempre pienso en acompañarlas de una buena carne, especialmente de cerdo y ésta que les muestro es una de mis recetas favoritas con carne. Además, prometí a Gisele que le enseñaría este plato, sobre todo porque ella tuvo la gentileza de hacer un magnífico post a propósito de una de mis mermeladas de higos. ¡Menudas fotazos hizo con su equipo! No se queden sin verlas, porque dejan con la boca abierta. Gisele, va por ti... ¡Un abrazo fuerte en este duro momento!
Foto tomada por Gisele&compañía de una de mis mermeladas de higos. Extraordinarias y muy sugerentes. ¡No se las pierdan!
Disfruten de este domingo... Sean todo lo felices que puedan. 

Crema de verduras y castañas con aceite trufado

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Es diciembre y huele a otoño. A castañas, a setas, a hojas secas y a tierra mojada y, como cada año y hasta que podamos hacerlo, Marc y yo hemos salido de recolecta. Cámara en ristre y predispuesta a atrapar pequeños retazos de paisajes, la pupila se dilataba a cada paso, a cada recodo del camino. 

Marc, nariz pegada al suelo y ojo de halcón, atento a cualquier textura y color distintos de lo visible at first sight. Yo, escudriñándolo todo, ansiosa por captar imágenes que llevarme en la cámara. 
Es muy placentero despertarse con la luz del alba y salir en busca de la aventura de la recolecta. Cuando encuentras la primera seta, el mundo se para y te embarga una alegría mayor que si te hubiera tocado la lotería. Por desgracia, aún, en Gran Canaria, las setas brillan por su ausencia, pero tenemos mucha paciencia, porque sabemos que en unas semanas esas hermosuras reventarán la superficie de la tierra y se dejarán ver. Y estaremos esperándolas con nuestro cuchillito, la brochita y una cesta de mimbre. Pero, mientras tanto, las castañas son una estupenda alternativa... ¿O no?
En las Medianías y Cumbres grancanarias el paisaje nos sorprende. Los castaños, nogales, almendros y pinos se yerguen entremezcándose con brezos, tomillares, jaras, helechas y retamas, destacando en una tierra ora roja ora negra por su origen volcánico. 

Click... click. La cámara parece que saca humo. La mañana está apacible. El cielo, completamente nublado y no hace frío, a pesar de que estamos en una zona por encima de los 1600 metros sobre el nivel del mar. En el bosque no se escucha más sonido que el crujir de las hojas secas bajo nuestros pies y algún erizo de castaña que cae al suelo. Se siente una quietud de lo más agradable. 
 
Los tonos dorados y marrones de las hojas son un regalo para la vista y, a menudo, esconden pequeños seres vivos que se agrupan abigarrados como buscando cobijo en la colectividad. La naturaleza es realmente bella incluso en su propia decadencia, ¿no les parece?
Tras una intensa mañana de paseo entre árboles, haciendo fotos y recogiendo castañas, llega el momento del regreso a casa. Apetece algo calentito, consistente pero suave...¿Qué tal una deliciosa crema de verduras y castañas con aceite trufado?
Feliz domingo. Feliz diciembre.

Tortas de aceite, tradicionales y deliciosas.

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Según la Wikipedia, la torta de aceite es una torta dulce fina, crujiente y hojaldrada típicamente sevillana, cuya receta tiene más de cien años dentro de la repostería española. La torta más emblemática es la de la empresa archiconocida Inés Rosales, que indica en su web que este dulce responde al mestizaje de las tres culturas que conforman la identidad andaluza, pero hay obradores, dulcerías y confiterías que las preparan por doquier. La cuestión es que estas crujientes y maravillosas tortas son famosísimas y creo que la mitad de l@s bloggers las hemos hecho en nuestros hornos. En casa las hemos comido en bastantes ocasiones, pero, he de reconocer que es la primera vez que yo las preparo en casa. ¡Y no será la última vez!
Para hacer estas tortas he utilizado ingredientes de calidad y he intentado cuidar mucho los detalles. Me preocupaba no conseguir esos bordes crujientes y acaramelados que tanto me gustan en las tortas de Inés Rosales, pero tengo que decir que los he logrado. ¡Qué buenos! 

Estas tortas están hechas con mucho mimo y con un aceite de oliva virgen extra DO Montes de Toledo y variedad Cornicabra. Nunca antes lo había probado y me ha sorprendido un amargor delicado que me ha parecido realmente delicioso. Además, tiene un color dorado tan intenso que realmente lo hace parecer oro líquido. Un aceite que hay que probar.
Con esta receta, aunque no sea original y sí muy tradicional, quiero participar en el Concurso de Recetas con aceite de Cornicabra de la DO Montes de Toledo.
Si les gustan este tipo de dulces, no lo duden y hagan estas tortas de aceite. Están riquísimas y son más saludables que la mayoría de los dulces y postres habituales. Además, son facilísimas de hacer y en 30 ó 40 minutos puedes estar comiéndote una con un café o un té.   

Un clásico renovado para las fiestas de Navidad: arroz con bogavante

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Están a la vuelta de la esquina... Sí, sí. ¡Ya se ven aparecer! Las fiestas de Navidad vuelven, como cada año, cargaditas de buenas intenciones que, como cada año, no cumplimos. Sí, sí... Lo sé. Lo que cuenta es la intención. Yo me comprometí a hacer una decena de manualidades y sigo sin hacerlas. Pero, oye, tengo las telas, el tablero, las pinturas... Mañana, mañana lo haré. También me comprometí a preparar un post semanal y lo intento, pero las fotos de las recetas se acumulan en una carpeta en mi portátil y, a veces, hasta se me olvida qué les puse a los platos. Sí, sí... Ríanse, que a mí me dan ganas de darme algún cabezazo en la pared. 

En resumidas cuentas, lo que quería confesar es que esta receta lleva un mes guardada a cal y canto en la carpeta de recetas pendientes y hasta hoy no ha visto la luz. Pobrecita, con lo deliciosa que fue. ¡Nos pusimos las botas!
Dadas las celebraciones que van a tener lugar en breve, intentaré durante las próximas semanas subir recetas que puedan servirles de inspiración para sus comidas navideñas. Tengo intención de hacer algún recopilatorio, bien en un post, bien en una newsletter, así que, si aún no se han inscrito para recibir mis boletines o newsletters, ya pueden ir haciéndolo. Prometo no martirizarles enviando cada día una; más que nada, porque no tengo tiempo. Tienen ese botoncito en la columna de la derecha.
Con este plato sólo pretendí que Marc y yo nos diésemos un homenaje. Porque nos lo merecemos y porque llevamos la friolera de 1 año sin pagar hipoteca y eso había que celebrarlo. Creo que podemos decir con la boca bien abierta que somos unos afortunados en todos los sentidos y con esta comida maravillosa sellamos un pacto de fortuna y felicidad.

Sin embargo, ya saben que es extraño que yo cocine algo sin introducirle algún ingrediente distinto a los tradicionales y en este caso no iba a ser de otra manera. Tengo varios libros de cocina asiática, no circunscrita sólo a China o Japón, y me moría de ganas de hacer un plato de marisco o pescado con leche de coco. Además, también saben que en casa somos unos chiflados de los chiles y de las especias curiosas. Pues bien, me he permitido el capricho de preparar un arroz con bogavante caldoso, sí, pero exótico también. No sé si son capaces de imaginar la textura del arroz, ese caldito cremoso que quitaba el sentío y el aroma a marisco entremezclado con aires de otros países. No se asusten y prueben a hacerlo. Ni estaba picante, ni sabía a "comida china". Era algo distinto: un arroz tradicional con mucho sabor a bogavante, pero muy fresco. Les aseguro que volveré a repetir esta fórmula mágica marisco-leche de coco-cúrcuma-semillas de mostaza-cilantro.
Una comida para ponerse babero... 

Tarta de zanahoria con cobertura de chocolate

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Asociamos la Navidad con ricos manjares, entre los que destacan los dulces típicos de estas fechas. Cada país tiene los propios, siempre deliciosos y normalmente bastante empalagosos. Turrones, mazapanes, polvorones, panettone, peladillas... Por cierto, ¿comen ustedes peladillas? Yo hace siglos que ni las veo. Las detestaba de niña y ahora me parece que no era sólo una inquina mía. Todos estos dulces tan tradicionalmente navideños están muy bien; claro que sí. Pero en Navidad también podemos disfrutar de otro tipo de golosinas para amenizar los condumios festivos. Como algunas amigas me han pedido que les haga sugerencias para sus comidas familiares durante estas fiestas, he pensado en esta facilísima tarta de zanahoria con una sugestiva capa de chocolate. 
No van a tener ninguna dificultad en hacerla y les prometo que van a dejar anonadado al más exigente. La textura de esta tarta es suprema: la zanahoria, el coco y la almendra molida forman una combinación realmente divina. Es suave, con un toque crujiente que hace que te chispeteen los ojos y muy diferente a la mayoría de los pasteles. Y el chocolate... Ayyyyy, el chocolate. La combinación anterior bañada en chocolate se transforma en una especie de bombón delicado, aromático y maravilloso. ¡No pueden quedarse sin probarla! Ya sé que la mayoría de nosotr@s ha cocinado tartas de zanahoria, pero ésta no es una tarta de zanahoria al uso. Les digo que tienen que probarla para entender de qué les hablo.
Por último, comentarles a modo de anécdota que la foto de la tarta fue una de las que presenté a la Exposición de Fotografía Solidaria que organizaba Foto Gran Canaria y con la que logramos recaudar un buen piquito que fue destinado al Banco de Alimentos, gracias a la generosidad de un montón de personas que se acercaron al Gabinete Literario en Las Palmas de Gran Canaria, vieron y algun@s compraron nuestras fotos a modo de colaboración social. Todo un gesto de empatía con la situación económica de muchas personas que nos rodean, que están mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos...

A tod@s desearles un buen inicio de las fiestas navideñas...

Felices fiestas

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No traigo receta. No les hablaré de lo necesario de una buena alimentación. Sólo quiero aprovechar estas fechas y el pequeño altavoz que es Sano y de rechupete para felicitarles las fiestas. No es tarea fácil, con la que nos está cayendo en este país, pero haré de tripas corazón, me liaré la manta a la cabeza y les susurraré delicada y seguidamente...
En los próximos días intentaré enviarles un recopilatorio de algunas recetas que pueden servirles de inspiración para las comidas navideñas. Pueden usarlas, copiarlas, imitarlas, tunearlas u obviarlas. It's up to you. Si algun@ no se ha suscrito a la newsletter, aún está a tiempo para hacerlo y recibir en la bandeja de correo electrónico estas ideas. Sin moverse de casa, sin salir de debajo del calorcito del edredón... Tienes el botoncito de suscripción en la columna de la derecha y, como ya he dicho anteriormente, prometo no darte la lata con infinidad de emails. Sólo alguno de vez en cuando. Tampoco es que tenga tiempo para mucho más.
Estos días son complicados. Corremos de un lado para otro, intentando responder a las expectativas. No sé ustedes, pero yo fracaso continuamente. Sólo logro acabar una o dos actividades. En este caso, he podido llevar a término una de las tareas que me he autoprogramado: colocar unos detallitos festivos en mi casa. ¡Incluso he hecho mi propio árbol de navidad! Sí; como leen. Aunque se tronchen de risa los más tradicionales en este sentido, yo estoy muy orgullosa y satisfecha del resultado. Pueden opinar al respecto. No me enfadaré. Mis endorfinas están enloquecidas y no creo que la vanidad se esfume en varias semanas. 

Much@s de ustedes se habrán percatado de lo "pinterestiano" de mi Christmas Tree y no puedo negar la evidencia. Estoy completa y alegremente enganchada a Pinterest. ¡No hay quien me baje de esta moto! ¡Qué mundo más infinito de posibilidades en imágenes! ¡Cuánto por aprender! 
Y para quienes me pregunten... Sí, una de las paredes de mi salón es rojo carmín. Soy una loca de los colorines. Lo monocolor no está en mi ADN. En mi otra vida debí ser mexicana. ¡Qué chute de energía! Respeto, e incluso me gusta, la decoración algo minimalista. Me encanta el lema "menos es más", pero mi casa es un reflejo de dos personalidades llenas de vitalidad, amantes de la naturaleza, del color, de lo cálido... Cada año me descubro un poco más barroca. El pequeño mundo que es mi casa es un hogar lleno de sensaciones dispares y contradicciones. Libros y cojines se baten en busca de espacio. Macetas y cacharros de cocina se enseñan los dientes. Eso sí; todo coexiste con un orden armónico y se respira confort.  
¿Y tú...? ¿Adornas tu casa en determinadas fechas, como las navideñas? ¿Me cuentas qué te gusta y qué sueles colocar para romper la rutina del hogar?

Recopilatorio de recetas de Navidad

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Tal y como les comenté en el post anterior y en la Newsletter, les traigo una serie de platos que pueden preparar durante las celebraciones navideñas o dejar que simplemente les sirvan de inspiración. 

Son platos sencillos, fáciles de cocinar y que admiten muchas variaciones para adaptarlos a los gustos de la familia o amigos. Espero que te ayuden a tener mucho éxito entre los comensales sentados a tu mesa.

Primeros platos:


Segundos platos:


Postres:



Y para Fin de Año, gratén de níscalos con manzana.

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La temporada de setas continúa por las Islas Canarias, aunque no gracias a algunos desalmados que salen al bosque con rastrillos y bolsas de plástico. Hoy, nuevamente, nos hemos topado con un extranjero que haciéndose el sueco ignoraba nuestros reproches en cuanto a su comportamiento egoísta y poco respetuoso con la Naturaleza. 

Solemos encontrarnos con algunas personas cuando salimos al amanecer a recolectar estos preciados manjares y la mayoría va con su cestito y su cuchillito. Gentes de lo más variadas, pero especialmente peninsulares residentes en Gran Canaria, son los que más patean los bosques isleños movidos por su mayor conocimiento del mundo micológico en comparación con los autóctonos, como yo, mucho más novatos en este sentido. Sin embargo, alemanes, polacos, italianos y rumanos se llevan la palma negativamente (ojo, no critico a todos los nacionales de esos países. Los que se piquen, ya saben...). Han esquilmado Centroeuropa y ahora pretenden hacer lo mismo en Canarias. ¡Pues no!Si quieren recolectar setas, háganlo como corresponde: con cesto y cuchillito, no con bolsa de plástico y rastrillo. ¡Bestias!
Esta bonita mantequera en forma de vieira es un obsequio de Pyrex.
La receta de hoy casi ni lo es. Es un picoteo para chuparse los dedos. Unos bocados tan divinos que te los quitarán de las manos. O de tu mesa. Unos cuenquitos de éstos para celebrar el Fin de Año y serás la reina de la fiesta. Además, los puedes dejar semipreparados el día anterior y hornearlos unos minutillos cuando estén llegando los invitados. ¡Y a comer! Palabras mayores si lo acompañas con un buen cava.
Fíjate qué cosa más sencilla de preparar... Si tienes unos níscalos o alguna otra seta de sabor potente y de textura carnosa, anímate a romper moldes y prepara con ellas esta receta diferente. El dulzor de la manzana contrasta maravillosamente con el sabor a bosque de los níscalos y el toque del queso curado de Mahón... ¡Subirás al séptimo cielo!
El año 2013 está a punto de terminar, así que apúralo y disfruta de estos últimos días. Come de manera ligera, abraza mucho a tus seres queridos y tómate unos ratitos para ti sol@, para respirar, para cerrar los ojos y liberar tu mente... ¡Falta nos hace a tod@s!

Sopa de calabaza energética

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¡Feliz año nuevo amig@s! La primera entrada del 2014 va dedicada a todos aquellos seguidores que adoran las sopas, las cremas, los purés... ¡Las comidas de cuchara! 
La foto la tomé hace un par de meses con motivo de la Exposición de Fotografía Solidaria organizada por Foto Gran Canaria, pues tuve la suerte de participar con un montón de gente estupenda que aportó su granito de arena para poder recaudar en pro del Banco de Alimentos de Las Palmas. El dinero de la venta, especialmente simbólica, de estas fotografías estaba destinado a ayudar a un montón de personas que no pueden comer cada día. A ellos también va dedicado este post, pues, ¿qué puede haber mejor que una reconfortante sopa caliente, con cuerpo y llena de vitaminas y minerales para aliviar un estómago que llora desconsolado por falta de alimento? 

No pretendo herir sensibilidades, pero es un horror que estemos permitiendo que personas que podrían estar viviendo en el piso de al lado, si no las han echado en un inhumano, ilícito e inmoral desahucio, estén pasando hambre. Y lo estamos permitiendo todos; mirando hacia otro lado o simplemente no haciendo nada mientras los más ricos se hacen más ricos a costa de la miseria y la vida de los que van quedando en la cuneta, eliminados por un sistema que hace tiempo que sabemos que no sirve, pero que no nos molestamos en cambiar. Claro, para ello hay que luchar y eso nos saca de la cálida comodidad de nuestros sofás. ¡Qué pereza me da! Pues esperemos que no sea yo la próxima que se vea en esa situación extrema; que no seas tú o tus hijos, porque yo no tengo.
Con estas cantidades nos salen 5-6 tazones. Nosotros somos dos en casa, pero siempre hago bastante sopa para que me dure 2-3 días. 
Una sopa deliciosa, energética, completa y con el fresco toque del cilantro. Un ejemplo de slow food que nos dejará los estómagos reconfortados.

Lumaconi con setas en salsa de ragú de ternera

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Hoy les traigo una receta sencillísima y de las que nos ayudan a aprovechar restos de comidas anteriores. Quienes ya me conocen un poco saben que me encanta hacer comidas partiendo de comidas de días anteriores y es que de esta manera se ahorra, porque no tiramos nada, y se come con mucho más sabor. ¿No me creen...? Pues miren qué platazo.
Este plato tan fantástico es representativo del slow food por varias razones: las setas son recolectadas por nosotros mismos, el ragú de ternera se hace al chup chup para que concentre todos sus jugos y, la más importante, se hace para aprovechar una comida anterior. Premisas maravillosas para asegurarse una comida que nadie olvide y para ahorrarse unos eurillos, cosa que siempre viene bien y más últimamente. Y es que yo me pongo enferma cuando escucho que hay personas que tiran y tiran comida a la basura, porque... ¿La comida se tira? Por ética alimentaria y por la cantidad de personas que pasan un hambre atroz, pensemos dos veces antes de arrojar ningún alimento al cubo de la basura. ¿Me lo prometen...?
Cuando hablo de ragú o de estofado de ternera no estoy diciendo que sean la misma cosa exactamente. No lo son "exactamente", pero, como solemos hacer más estofado que ragú en nuestras casas, pues permítanse la licencia de usar cualquiera de las dos opciones. Yo les dejo mi guiso de ternera especiada y, si les gusta, lo usan y, si no, preparen el que más les guste a ustedes.

A modo didáctico, decirles que el ragú es el estofado italiano, aunque es más concentrado y, en ocasiones, más especiado. El ragú se prepara troceando bastante pequeña la verdura, dorándola primero, igual que los trozos de ternera, antes de añadir el caldo y dejar que todo cueza a fuego lento durante bastante tiempo. Aquí está el aspecto que menos me gusta a mí, aunque seguro que lo que voy a decir a ustedes les hace chirriar los dientes, pero he aquí la esencia de la cocina. A mi modo de ver, la cocina no es "una". La cocina es "personalizar" y adaptar cualquier cosa a las necesidades de cada casa. Yo detesto estar horas con un caldero al fuego, por lo que prefiero usar la olla a presión, porque hay un ahorro energético importante y porque prefiero comer este guiso o estofado al día siguiente. De este modo logro que el reposo transforme un buen estofado en un estupendo ragú. ¡Y sin despilfarro energético! Todos los sabores se han concentrado, ha espesado y el aroma es maravilloso. Que sí; que ya lo sé... Que los italianos me matarían y si algunas mammas y nonnas levantasen la cabeza... Me da igual. Yo cocino como quiero y como a mí me da resultado. Cada cual prioriza algo y, para mí, el ahorro energético es una prioridad y no cocinar como mandan los cánones. ¡Estamos ahora mismo como para obedecer tradiciones sin ponerlas en tela de juicio!
Hay quien trocea las setas. Se puede. ¿Por qué no? Pero miren esas cantarellas carnosas y enteritas... ¿No les parecen preciosas? Pues la sensación al meterla en la boca entera es inigualable. Si me preguntan si pueden hacer este plato con otra seta les diré que sí. La que prefieran, pero que tenga sabor y carnosidad. Creo que con boletus sería el no va más. Con níscalos... no sé; no me acaba de convencer por el sabor más terroso que éstos tienen. Pero seguro que ustedes conocen muchas más setas que yo y encuentran la manera de introducirlas en un plato como éste. Si se deciden, cuéntenme.
¿Hacen ustedes platos de aprovechamiento, reciclaje de platos anteriores...? ¿Me los cuentan?

Pan para bocadillo con masa madre y reposo

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Leía el otro día una entrevista a Ibán Yarza que me resultó la mar de entretenida y reveladora. Este insigne panadero explicaba que le parecía ridículo el boom de panaderías que experimentaban pueblos y ciudades, máxime cuando son simplemente tiendas de venta de pan. Y pan malo. Y que los hornos que hacen y cuecen pan de más o menos buena calidad especulan con su precio, vendiéndolo como si de oro se tratara. Abusivamente. Ibán Yarza mantiene que un buen pan no tiene por qué ser caro. Y yo creo lo mismo. Comentaba otras muchas cosas interesantes y de un modo bastante dicharachero. Me gustó mucho leer sobre él y tengo pendiente hacerme con su libro. Mientras ese momento llega, disfruto mucho de otro panadero con magia, como es Xavier Barriga. Un hombre muy accesible, muy sencillo, que se nota que le encanta lo que hace... Al menos es la sensación que tengo cuando leo sus libros y sus entrevistas y cuando veo videos en los que aparece
Los panes que hoy les muestro son resultado de varias técnicas que Xavier Barriga menciona en su libro y en el vídeo que acabamos de ver. Él dice que hay algo que para los panaderos es fundamental en el proceso para hacer un buen pan: el reposo en bloque. El reposo en bloque es un tiempo de descanso que le damos a la masa antes de formar el pan y cocerlo. Si le damos un tiempo prudencial, la calidad de nuestro pan, de su miga, mejora notablemente. Según mi apreciación, diría que el aroma es mucho más profundo e incluso varía el color de la miga y la corteza. Yo, evidentemente, no soy Xavier Barriga, ni tengo su maña o su experiencia, pero creo que mis panes han ido mejorando muchísimo desde que empecé a hacer pan hace unos tres años. ¡Y eso que no tengo tanto tiempo!Él dice que la masa le habla... ¡Qué suerte! Yo tengo que conformarme con mirarla y toquetearla mucho para entender cómo está y qué necesita. Hablar aún no me habla, pero he aprendido a poner todos mis sentidos cuando amaso. ¡Y qué gusto más grande me da! Sentir esa masa blanda y elástica entre mis manos me transporta. Es una forma de evasión fabulosa. ¿A ustedes qué les ayuda a desconectar de sus rutinas diarias?
Yo no soy una experta, sólo una aprendiz que disfruta mucho con las manos en la masa, pero si me permiten un consejito: no hagan pan si no tienen tiempo. El pan necesita mucho mimo, dedicación, regalarle tiempo de amasado, reposos, amasado nuevamente... Es cierto que hay panes que se hacen en un plis plas y no digo yo que sean malos. Sólo afirmo que son mucho mejores los panes en los que se usa masa madre (y poca levadura), los que llevan distintos tiempos de reposo y los que se amasan en distintas fases.

Como verán en las barritas para bocadillos que les propongo hoy, la masa se hace con varios amasados, varios reposos y uno de ellos de muchas horas. ¡Y no vean cómo cambia el pan! Les dejo la receta, explicada de la forma más explícita que he podido, pero sean transigentes conmigo... El amasado y formado del pan es difícil de explicar si no es con videos y tienen muchos por ahí que les pueden ayudar. Formar el pan y hacer el greñado es lo que me sigue resultando más complicado, pero no cejo en el intento. Próximamente... ¡más pan! 
¡Buena semana, panarras!


Curry verde de coliflor

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Antes de comenzar este post, quiero comentar mi pesar sincero hacia el fallecimiento de Carolina, la maravillosa bloguera de Bocadillo Suculento. Yo acabo de enterarme gracias a otra amiga bloguera que me lo ha comunicado, pero parece ser que fue a finales de noviembre. Me he sentido muy triste porque Carolina vivía aquí en la Isla vecina, en Tenerife, y personalmente la apreciaba mucho. Fueron muchas las veces veces que intercambiamos mensajitos y, sin conocerla personalmente, puedo decirles que era una persona dulce y amable. La imaginaba con una estupenda y amplia sonrisa, porque era eso lo que intuía de los mensajitos y correos que intercambiábamos. Yo la voy a echar de menos. Descanse en paz, Carolina Méndez.

Amaneció el día con el cielo gris que amenazaba lluvia. Salimos de casa tempranito, calzados cómodamente porque la mañana prometía ser movidita. Llegamos y llovió. Sería una lástima que el recorrido de la Maratón de Las Palmas de Gran Canaria se enturbiase por la lluvia. ¡Aquí que llueve tan poco! Afortunadamente, duró cinco minutos, porque el cielo se tornó azul en un abrir y cerrar de ojos. Puede decirse que nosotros no corrimos la Maratón, pero pateamos las calles de la capital grancanaria siguiendo a los corredores unas cuantas horas.¡Y a buen ritmo! 

La verdad es que pasamos una mañana la mar de entretenida, caminando y a ratos corriendo tras los corredores, haciendo fotos, animando a l@s corredores y riéndonos con situaciones que nos gozamos en el recorrido. Menos mal que, tras el esfuerzo, llegó la cañita y unas tapitas que nos supieron a gloria. Como a gloria nos supo este plato de curry verde de coliflor.
Si me preguntan por el curry verde les diré que yo uso una pasta de curry verde thailandés que se comercializa ya preparada. Es delicioso. Picantillo, sí; pero muy fresco y cítrico. Va genial con verduras y pescados. Intuyo que si a ustedes no les gustan los sabores un tanto potentes, este plato no les gustará. Quizás ni se atrevan a probarlo dando por hecho que no les va a agradar. No les mentiré diciéndoles que éste es un guiso de verduras al estilo tradicional español, porque mentiría como una bellaca. Es un plato tradicional, sí, pero en otros continentes bastante lejanos. Es delicioso, de sabor alegre y lleno de matices. Perfecto para los rigores del invierno, pero personalmente me gusta comerlo igualmente en verano, con una cervecita rubia bien fresca y espumosa.

La pasta de curry verde pueden conseguirla en los estantes de productos internacionales de las grandes superficies y en supermercados asiáticos. Quizás en los puestos de especias de algunos mercados importantes también puedan comprarlos. 
Nota: no se deshagan del caldito que sobra con sus trocitos de coliflor, pues próximamente prepararemos un magnífico plato con él. Ya saben... cocina sabrosa con restos de platos anteriores.

No tengas miedo a probar cosas nuevas. Como ves, la receta es muy sencilla y los sabores son atrevidos y frescos. Nosotros, en casa, nos deleitamos con esta clase de platos. ¿Y tú...? ¿Te gustan estos platos de otros países? ¿Los cocinas? ¿Gustan a tu familia?
Les deseo una buena semana. ¡Sean felices!

Arroz con coliflor al curry

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¿Recuerdan la receta anterior? Sí; me refiero al curry verde de coliflor. Pues esta receta de arroz está hecha con la finalidad de aprovechar todo el caldo, y los tropezones de coliflor, cebolla, etc., que quedaron intencionadamente de aquella comida. O sea que hoy les traigo una receta de aprovechamiento o, si ustedes lo prefieren, de restos de comida
En ocasiones anteriores he comentado que me gusta hacer comida de más, especialmente caldos y guisos de carne o pescado, con el fin de usarlo para otras comidas. Cierto es que mi filosofía gastronómica esencial consiste en no tirar ningún alimento, pero es que, además, las comidas hechas con restos son siempre muchísimo más sabrosas. Y para muestra un botón: este delicioso arroz con coliflor al curry. 

Si no recuerdan bien la receta de curry verde de coliflor, PINCHEN AQUÍ y podrán volver a verla. Tengan en cuenta que la receta de hoy se ha hecho con parte de ese curry verde de coliflor, por lo que van a encontrar deliciosos trocitos de coliflor que le darán un sabor profundo y una textura muy agradable, sobre todo por el contraste con la panceta. Y los toques frescos y crujientes de la cebolla roja cruda y el pimiento rojo también crudo colaboran incrementando el sabor y la textura. ¡Maravilloso!
Si le gustan los arroces en general y los sabores especiados, alegres y  frescos, no dejen de probar este plato. Hasta sus colores harán nuestro día más alegre
 Una comida sana y de rechupete.

Rebozuelos en crema de queso Mahón

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¿Sabes qué puedes hacer con estos deliciosos rebozuelos o cantarellas (cantharellus cibarius) recién recolectados...?
Puedes hacer muchísimos platos deliciosos, como sopas, pastas con salsas de carne, con gambones, risottos, legumbres, tortillascroquetas, etc. Hoy, sin embargo, me he decidido a preparar las setas dándoles total protagonismo, pero destacando su textura dentro de una crema de queso curado Mahón. ¡Fíjense qué delicia!
Es un plato de los que no hay que abusar, por la nata y el queso; pero, un capricho de vez en cuando... La cebolla y el ajo siempre quedan bien y el toque del vino blanco seco es el ingrediente que armoniza el sabor a bosque de las cantarellas y el maravilloso sabor salado del queso Mahón. Si lo preparan y lo prueban, sabrán de lo que hablo. Además, se prepara tan fácilmente que no tendrán excusa.
Repito: éste es un plato sabroso y delicioso, pero no hay que abusar de comer esta clase de preparaciones, especialmente si tienes el colesterol alto
Les deseo una estupenda semana de febrero.

Papas con huevos y setas al horno

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Últimamente no sé si vivo en Gran Canaria o en el interior de Galicia. Un temporal de viento, lluvia y frío está cambiando la fisonomía de las Islas Canarias y nos estamos pelando de frío, encogiendo de tanta lluvia y despeinando a lo bestia. Eso sí... ¡Cómo estamos disfrutando! Como tú también podrás disfrutar si consigues unos deliciosos y frescos rebozuelos, unas buenas papas recién sacadas de la tierra y unos huevos más camperos imposibles. ¿Estás preparad@ para comerte unas riquísimas papas con huevos y setas al horno? ¿Cubiertos listos?
A menudo queremos sorprender con recetas llenas de ingredientes, complejas, preciosas... Y no digo que esté mal. Pero, normalmente, lo más que nos hace disfrutar es un plato con muy pocos ingredientes, pero buenos, de calidad y que sea muy fácil de preparar. Porque nos gusta comer bien, nos enloquece que sean ingredientes buenos de verdad, pero lo que más nos satisface es que no tengamos que estar tres horas en la cocina. Y te digo más... No tengas miedo de las calorías de este plato, porque las papas no están fritas, por lo que puedes comerlo sin miedo ni remordimientos. Y a los niños les volverá locos. 
Y si los rebozuelos los recolectamos nosotros en un día lluvioso, pertrechados con nuestros chubasqueros... Si las papas las hemos sacado de la tierra justamente el día anterior... Y si los huevos son de las gallinas de la vecina de la finca de al lado... ¿Qué más podemos pedir? ¿Puede haber algo delicioso y que nos provoque tantísima satisfacción? Yo me relamo de gusto pensando en este plato tan lleno de sabor y calidad. 
Y a ustedes... ¿Cuál es el plato tradicional, sencillo donde los haya, sabroso y en el que prefieren emplear pocos ingredientes, pero que sean de calidad? ¿Me los cuentan?

Chocos en salsa

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La sepia officinalis es conocida vulgarmente por sepia, jibia o choco, como la llamamos en las Islas Canarias. Es un cefalópodo comestible muy apreciado en toda España y en las Islas nos gusta mucho, por lo que forma parte de nuestra gastronomía tradicional. Un ejemplo es el de los chocos a la plancha con un mojo de cilantro o perejil, deliciosos y muy sencillos de preparar. El plato que hoy te traigo es una típica receta canaria, aunque como muchos platos, se prepara en cada casa con sus propias peculiaridades. ¿Quieres ver cómo preparo yo los chocos en salsa? 
Para cocinar bien los chocos y que queden tiernos es importante el tiempo de cocción: o los cocinas 3-4 minutos o los cocinas entre 25 y 35 minutos. El término medio deja los chocos duros o chiclosos. Otro truco es eliminar la fina membrana que recubre el choco por su interior y exterior (no es fácil, pero ayuda a que quede muy tierno), hacerle cortes superficiales y romboidales en toda su superficie y/o cortarlo en trozos pequeños. Con estos trucos, conseguirás que tus chocos queden deliciosamente tiernos. 
Este plato es saludable, porque los chocos aportan muchísimas proteínas, minerales y mucha vitamina B12. Todas estas propiedades sin grasas. Si haces deporte, el choco debería formar parte de tu dieta semanal, especialmente por su textura cartilaginosa, estupenda para los ligamentos.
Reseña para la receta: he olvidado reseñar que el ajo majado se añade después de la cebolla.
Esto sí que es un plato sano y de rechupete. 

Buena semana para tod@s.
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