¿Recuerdan esta receta? Pues parte de esos tacos de salmón adobados con cítricos sirvieron para hacer estas deliciosas croquetas. Como ven, una receta hecha con restos de una comida anterior.
¿Hay alguien a quien no le gusten las croquetas? Puede que les gusten de un sabor más que de otro, pero, generalmente a tod@s nos encantan las croquetas. Yo tengo que reconocer que me gustan muchísimo las que son "caseras", pero no las hago a menudo porque me confieso un poco vaga para hacer un montón de croquetitas. Por eso y porque tengo la fortuna de tener una tía que me entiende a las mil maravillas y prefiere regalarme para mi cumpleaños (o en otras ocasiones) un tupper enorme lleno de maravillosas croquetas y evitarme el martirio a mí. Mercedes, mi tía, hace las mejores croquetas del mundo mundial. Las de espinacas son sin duda mis preferidas. Es un empezar y no acabar. ¡Qué ricas!
Ustedes dirán que soy rarita, pero mis croquetas predilectas son las que están hechas con restos de alguna comida anterior, dígase de la carne del puchero, de restos de verduras y, como no, las de pescado que se encuentran en el primer puesto del podio. ¡Me chiflan!
INGREDIENTES (para unos 35-38 croquetas):
- 250 g de tacos de salmón adobados desmigados
- 750 ml de leche desnatada
- 3 cucharadas soperas de harina de trigo
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cebolla mediana picada
- 3 dientes de ajo finamente picados
- sal marina gruesa
- nuez moscada
- pimienta negra molida
- perejil picado (al gusto)
- 1 huevo batido
- pan rallado (1 vaso más o menos)
- semillas de amapola (3 cucharadas colmadas)
ELABORACIÓN:
1º) Poner a calentar el aceite y añadir el ajo; cuando empiece a bailar en la sartén, incorporar la cebolla picada; bajar el calor del fuego, añadir la sal y tapar hasta que esté bien pochadita.
2º) Añadir la harina y rehogar bien hasta que la harina se haya dorado bastante. Incorporar el salmón desmigado y seguir removiendo unos segundos.
3º) Verter la leche fría y remover bien y continuo. El calor del fuego debe ser medio para que cocine pero no queme el fondo. Espolvorear la pimienta y la nuez moscada al gusto. Debemos lograr una pasta espesa y consistente, sin grumos de harina, pero sí con tropezones de cebolla y salmón. Apagar el fuego, espolvorear el perejil picado, mezclar un poco y reservar hasta que se enfríe por completo. Lo ideal es preparar la bechamel o pasta de las croquetas un día antes.
4º) Cuando la pasta esté completamente fría y haya espesado hasta poder manejarla bien para hacer las croquetas, empezaremos a hacer las bolitas. Yo utilicé un sacabolas para helado y así me salieron todas bastante parejas de tamaño. Cuando tengamos todas las bolas de masa, con una mano las pasaremos por el huevo batido y, con la otra mano, las pasaremos, rebozándolas, por la mezcla del pan rallado con las semillas de amapola.
5º) Freír las croquetas en abundante aceite caliente y en tandas pequeñas para que no se enfríe el aceite y se nos engrasen demasiado las croquetas.
6º) Secarlas con papel de cocina y servir.
Fíjense qué cremosas y jugosas han quedado por dentro, con el toque crujiente que aportan las semillas de amapola por fuera. Si les gustan las croquetas de pescado, éstas no deben faltar en su recetario, pues son terriblemente sabrosas. Ricas, no... ¡Riquísimas!